domingo, 27 de septiembre de 2009

La profesiòn de Semenya

En la mesa del comedor quedó el periódico con una noticia vieja, que me sono duro. La atleta sudafricana y el conflicto ocasionado por la inscripción de sexo.

El lugar científico de los trastornos es extenso y su estudio básico en nuestra profesión; desde biología molecular hasta genética y pediatría. Ya en la pràctica clínica traer un bebé hermafrodita o intersexo, en este país, es un episodio pesado. En la guardia roja de mi internado, una chica diò a luz y el sexo no lo podía saber nadie.
En estos años de médico general, atender partos sin control previo fue pan de cada día y en lugares como Esmeraldas, que el pan les encanta y lo convierten en miguitas por mil, permanecía el miedo de que se repita esa madrugada insólita. Salí invicta, ya que sólo me agrada ser mi propia ginecóloga y enlistada en otra practica clínica, será más difícil que suceda.

Sobre el caso genético, leí muchos estudios sobre el intersex, densos. El Dr. César Paz y Miño, es uno de los remitentes que recibo con agrado y envió su artículo sobre tema, preciso como yo quisiera ser la mitad un mal día y que entenderìa hasta el perro.

Lo que si despertó mi curiosidad no científica es la competencia, en esa nube del mundo deportivo. He pensado que los atletas tienen una inteligencia distinta y especial para el enfrentamiento. Entonces, podía preguntar a quienes conocía, no calificaban como deportistas los que practicaban natación en el colegio, o eran miembros del equipo de básquet, el ping-pong de las noches, o los viciosos de las canchas de césped sintético. Necesitaba escuchar una opinión en serio, de parte de madre tengo una prima campeona, la “diabla” le decimos, tiene sólo dieciocho años y es medalla de oro sudamericana de judo, justo estaba en el Brasil y aunque mida como un metro más, es una bebé a mi lado. La llamé y esperé a que se conecte, me dijo que si "sentiría pica" y que los momentos del podio son los mejores, si después sucede que el triunfo era falso, fue un triunfo corto y seguía siendo triunfo. Al rato, en la ventana de chat estaba la otra, mi amiga Estela, con beca deportiva en la Yoni, me recordó la celebración en el 2005 del triunfo en Rotterdam frente a Safina, la hermana de Marat, esa noche la obliguè a salir de la disciplina del tenis para irnos a un lugar de Jazz frente al Euromast a ver al como tocaba el bajista de mi enfermedad bien descrita en este cuaderno web, tuve antes, "the way we where". Ella dijo lo mismo en esencia: nada de lo que puedas hacer fuera de la cancha, ningún factor califica para descontar el sabor del momento.

Si bien las categorías intentan borrar los espacios desiguales, en una competencia el instinto de cobrar los sacrificios convierte a todos en animales diferentes y siempre desagrupados. Es decir si estas corriendo, peleando o quebrando un saque; mujeres y hombres transitan en eso que sólo el entrenamiento de los bien concebidos les puede dar.
Me sorprenden los marcadores, las marcas y las medidas para las condiciones físicas de los humanos.


Como lo que dice Woody Allen en la escena de Annie Hall en la que Alvy se escapa de una reunión para ver el deportes en la tele: “Los intelectuales hablan pero no saben en realidad que está sucediendo, en cambio el cuerpo, el cuerpo no miente.”

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