sábado, 5 de septiembre de 2009

Nueve Reinas


Las buenas noticias imperceptibles al mi ojo clìnico no las suelo registrar, salvo cuando tengo -somethig personal- en el caso este en que el burbujeo del chisme se parece a las burbujas de rosé champagne y su paso refrescante que borra gargantas amargas. Ahì va:

A la Pfizer le clavaron una multa por quedar en evidencia con el arsenal de mentiras de colores que están acostumbrados a regalar. Les han devuelto el vómito porque lanzaron en siniestra promoción -cual casamentera trasnochada- desnudando la incredulidad, en un juego de manos calientes que producen las subjetividades. Lo que hace que uno se sienta enfermo y que sea un enfermo parecido a otro o diferente a todos los demás: síntomas. Porque al final todo lo que nos duela puede ser usado en nuestra contra.
Del sentir puro y su expresión podemos pasar a la iconografía y de largo a al idolatría (existen lugares a los que suelo llamar : “el reino del voltarén”).
Es que esta señora tan mal encarada de la objetividad siempre cae mal, màs en medicina, que anda acompañada por su madrastra la estadística.

Cuando Daniel Tettamanti abrió la cortina en la Facultad de Medicina, hizo la luz en el aula de clases, allá en el sector de La Estancia. Una vez convertida a la religión de la terapéutica, he tratado de estudiar otras biblias en las que fracaso. Sobre todo porque creo que el día en que el oficio de estafador se industrializó aparecieron las empresas farmacéuticas.

El histórico precedente es lo más acercado a un ajuste de cuentas. Se trata de la mayor multa hasta ahora por comercializar drogas bajo prescripción médica de forma fraudulenta. El gobierno de los Estados Unidos ha tomado una medida nunca antes vista en contra del negocio despiadado que implica la promoción de medicamentos como un objeto cualquiera. Fuera del análisis sistemático de que esta acción sea la corrección a un error o una consecuencia vertical en la salsa de la farsa y el meollo de su mal rollo neoliberal (es mi playlist que me traiciona). En todo caso, de ser así no le quita relevancia, en el mundo de las ganancias con ética de cavernícola, sólo un castigo de evidencia monetaria podría ayudar a pisar el freno de la artillería pesada contra el humano enfermo.
En su maraña instintiva, la Pfizer admite haber sobornado a profesionales para que receten el bextra, confiesan como pecado menor la promoción del antipsicótico Geodón, que se usa para la esquizofrenia y el antibiòtico Zivox, aún cuando han sido científicamente vetados por la FDA.


Muchos de nosotros, en cualquier nivel de la práctica médica hemos tenido que lidiar con los crímenes del abuso de medicamentos. En el papel de solucionar o de diagnosticar las inclemencias que causan las drogas en esta entelequia que es el cuerpo; las insuficiencias renales, los sangrados masivos y la muerte que viene inocente e impuesta.
Cuando en mis espacios televisivos de frecuencia mínima veo cosas como “tome apronax” ( les debe ocurrir a muchos colegas) la patada de estas pesadillas es inevitable, repetida sensación en vayas, volantes y todo cuanto califica como propaganda vulgar.

Esta vez los señores de tienen que pagar algo en serio, aquí la noticiota que alegra con un banquete de ánimo, que crece en la cojera de estos gigantes con que nos toca pelear en cada prescripciòn.

Casi siempre confundo las pelìculas con el telediario y las personas sin sentir culpa.


Estan ahì pero no los ves: descudistas, culateros, gallos ciegos, miromistas, abanicadores, estruchadores...filos Ricardo Darìn ( parte del guiòn, en una de las primeras escenas)



4 comentarios:

  1. en esa peli hay una línea de antología: 'en el mundo no faltan putos sino financistas'...se me ocurre a propósito de tus colegas financiados por joyitas tipo pfizer.

    un abrazo azul

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  2. Exacto! Gracias policìa, la habìa olvidado!
    Y esos colegas del diablo han de ser!

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  3. ¿policía? no, pues, ¿qué hice para merecer eso? y lo de colegas era por médicos, nada más. jeje

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  4. Guapa, lo decìa por lo de polcicìa de estilo, lo que es eterno es eterno y no solo en este blog, la reivindicaciòn del oficio.

    Un abrazo, colegas son puès sean lo que sean!

    Gracias, eres mi visitante.

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