Este post tiene personalidades múltiples y vidas pasadas, además es mi reconciliación con la actualidad, primero pudo ser “ La breve historia de cómo un comentario se convirtió en post”, o “Dejar el
Word para pasar a la
web”, luego los títulos más reales, como “Ahora los pájaros le disparan a las escopetas”, los inocentes rusos me ganan desde chiquita, basta con uno, para darle comienzo al triste
point of view , de un triste suceso; ocurrido en mi nunca suficientemente adorada ciudad.
Desconozco, como dicen en mi barrio, la vida que ha tenido Ricardo Antón, pero parece muy ingenua, ya sabía de la noticia al verlo sentado en el primer asiento del mismo vuelo a Quito, de pronto fue víctima de la censura y tuvo que venir a ver los toros, que dicho sea de paso ,una gran corrida.
Es pertinente explicar el motivo de mi desinterés, hasta ahora había entendido el tránsito y su comisión, como todos los mortales, algo reservado para los que usan carro, porque aunque los señores, señoritos,
doños vigilantes del tránsito, despiertan cierto interés al parar un bus de transporte colectivo, uno siempre puede bajarse y tomar otro. Ahora motivo de las conversiones, exorcismos, corrientes religiosas y nuevos pecados que van apareciendo, encima como la ley ha cambiado y la idea es que todo el mundo transita, me puse a hacer cerebro sobre aquello y resultaron como siempre, las anécdotas.
Tengo suerte, la vida me da lecciones baratas, a pie, he conocido más, de gente, he conocido muchos más.
Regresábamos de Montaña, una furgoneta nos trajo a tres por 5 dólares, nos dejo en el puente de
Portete, caminamos por el carretero y a nuestro mal acompañante masculino, encima de que era uno y ya lo habíamos aguantado todo el viaje, salió con la idea, pedirle dinero al vigilante para el bus. Aquel individuo es inolvidable, vestido y perfumado para una gala, tenía el rango de patrullero, después de mirarnos bien, de reírse, nos contó de su cómoda vivienda, luego la lección; unas
mujercitas no deben salir de viaje con un hombre, por eso él, prefería , su dormitorio
climatizado y el cable. Aguantamos la historia completa, el hambre, el sueño, el sol, la edad, los excesos del viaje y los 25 centavos del pasaje que nos faltaban, no lograron el final feliz merecido, no pudo sacar de su bolsillo el dinero, ejerció toda la banalidad, el lado bello de la autoridad, paro una 75 y le pidió al chofer, contando a su modo la historia, que nos lleve gratis, podíamos solos haberlo hecho, pero la
intervención, para hacerlo memorable.
Ensayábamos un recital de en el colegio,
Lorca, 20 poemas, las mismas dos protagonistas de la historia anterior, la maestra de literatura se enfermó y nuestra dirigente de curso dijo – les traje un entrenador- a la pobre, nadie le contó antes, que a los adolescentes nadie les enseña nada, para sorpresa, uno de los mejores declamadores que vi, al final de la semana, justo antes de estrenar, pregunté: ¿A que se dedica? trabajo en la Comisión de Transito, soy vigilante, en la calle no podía imaginarlo, pedir plata, no podía compararlo, declamaba como nadie ese popular poema “el beso” del Indio
Duarte.
Viernes por la noche, de guardia, un choque y tres víctimas, fui en la ambulancia con una de ellas para un examen de imágenes, mientras esperábamos afuera, yo y tres vigilantes, nos hicimos amigos, fui al baño, la ambulancia me dejo botada, regresé al Hospital en patrulla, una de ellos, la que me ofreció el transporte, era la hermana mayor de 5, pero le gustaba, en palabras de ella, pararse frente a los carros, que eran tantos y dejar pasar a la gente.
He leído, lo que aquí en letras moraditas, pueden ver al costado, no tengo nada que decir, aprende uno y se entera bien, se desguia de pensamientos vagos, o por lo menos el intento, ya que sin la influencia de algunas observaciones, la plástica hubiera terminado por autodescalificar la obra y es una pena,una verdadera fatalidad, lo que el autor puede decir de su obra.
¿Quién es Antón? ¿Qué estrategia? Alguna de libro de marketing viejo, autoayuda, tiene en mente, será que cree en el autoestima y esas vainas. Creo yo que le molesta, le incomoda, todas las mañanas irse a trabajar a la institución de los buitres y desea borrarlo, lo que no sabe él, es que: buitres, robaburros y demás entes faunísticos de nuestra ciudad se autodenominaron, que su identidad creció con los años de impotencia, es así como nos hemos ido desquitando bonito. Don Ricardo Antón, quizás nunca ha trabajado, o si lo ha hecho, en calidad de qué, debería imaginarse, que muchas veces a algunos nos toca ir a trabajar, en calidad de buitres, robaburros, matasanos, pipones y miles de adjetivos, no siempre tan agradables, que se le ha propinado al empleado público.
Seis largos años en el templo del saber de la Carlos Julio Arosemena, fue el tiempo suficiente, para definir a sus autoridades como vulgares “dadores de gusto”, es como la bahía, encuentras lo que necesitas y lo que no, este es otro ejemplo, incorrecto, hasta los miembros de la institución maltratada, podrían darse cuenta, de que con bajar un cuadro no pasa nada.
¿Que tan influyentes en la conducta son las denominaciones? ¿A donde va la preocupación de Ricardo Antón? Es simplemente un recurso de las poses, de esas figuras, no se si entiende la burla hacia el vigilante. Se me ocurren tantas cosas para ayudar a la CTG, cuando las cosas de verdad nos quitan el sueño, tenemos el poder y la plata, no nos levantamos por la mañana a una galería, no nos preocupamos de los nombres , ni hacemos promesas a largo plazo.
La conducta cívica en el puesto de trabajo, los comportamientos non-task, la crisis de indentidad, por la devaluación y desprecio del trabajador que cuida el bien público, si interesa, incluso aquí cerquita en Venezuela, con modelo de la
Ethics Resource Center of London, se realizo una exploración, oficiales y guardias de seguridad, que entrega un preocupante atisbo en ese país, en otras partes, desde hace tiempo, que lo vienen pensando, pero de verdad.
Es inevitable el análisis, debido a que la conducta de las personas en gran medida ocurre, se desarrolla y se modifica en función de condiciones ambientales: el sujeto está sujeto a un ambiente (Pérez Álvarez, 1991). Sin embargo, la consideración del medio exige la discriminación de distintos niveles de análisis, desde lo cultural y lo social , que suponen un modo de expresar características (o patrones de conducta) que pueden generar malestar o sufrimiento, pero que se admiten como tolerables por las personas y no alcanzan a producir mayores dificultades de adaptación a las exigencias del medio.
Hay gente vaga por ahí, hay cosas que la ciencia resuelve y como leí en las justificaciones de la autoridad en cuestión-estamos viviendo este proceso-refiriéndose a los nuevos santos, en que tenemos que creer. Entonces, si va en serio, existen en este mundo, cosas como la psicología social y otras que no pongo por ignorante, seguro hasta como hobbie, eso de investigar aveces funciona, podría ser la Universidad Católica, tan obediente.