viernes, 27 de noviembre de 2009

DOS RECICLAJES

EL ESPIRITU

Descubrí un espíritu. Si es que no tengo el explorador ni el deportivo, tengo de hecho el espíritu protestativo. Como es parte de mi naturaleza, a este espíritu le hacía falta una agenda y me pregunte a mi mismo (ejercicio importante cuando se trata de asuntos del alma) la forma correcta de explotarlo.

Voy a hacer un grupo en contra del aborto con el siguiente manifiesto:

A favor de la vida y en contra de todo crecimiento celular aunque este sea "no deseado" por el individuo que lo carga, por esta razón no permitiremos extracción alguna.

En contra del crecimiento tumoral ( conjunto de células que se diferencian genéticamente y se vascularizan) causan malestares como náuseas, pérdida de peso , alucinaciones. Estos pequeños tumores no tienen voz, así que nosotros los defenderemos.

En contra de la extirpación de próstatas por crecimientos benignos. Es decir si un caballero decide asesinar aquello que crece dentro de su cuerpo y pretende retirarlo de forma egoísta, por que no puede orinar, ni tener sexo, debemos oponernos, ya que eso no lo va a matar y si aguanta como hombre ( no importa que este entrado en años) seguro se le pasan los achaques y sale solo adelante sin una dama a su lado.

En contra de toda interrupción del embarazo: abortos incompletos, abortos sépticos, embarazos molares o ectòpicos. Es inadmisible que se realice procedimiento alguno bajo la excusa de que es para salvar la vida de una mujer.

En contra de la píldora de anticoncepciòn de emergencia. La vida hay que respetarla desde su concepción. Por ejemplo si un señor se va al campo y toma mucha agua sin hervir y tiene algún síntoma, bajo ningún concepto se le administrará antiparasitarios ni antes , ni durante, ni después; porque aunque todavía nada sabemos de esas amebas, ellas son vida y no tenemos el derecho de impedir que lleguen a ser un hermoso quiste hepático.

Advertimos que no es nuestra responsabilidad que por divulgar nuestras ideas aumente el uso indiscriminado del famoso citotec ( medicamento abortivo de vente ilìcita), la ecològica agua de nacedera o la apariciòn de narcoboys, doctores, mèdicos brujos y macumba; ambidiestros de la "cuchara". De estos problemas se puede ocupar el gobierno y meterlos presos.



La foto titulada " El legendario libro de las almas de tirofijo" es una imagen de lujo extraída del álbum facebook "Doctores, Narcoboys, médicos brujos y macumba" publicado hace teimpo por mi excompañero y colega Ricardo Calle. Una genialidad del imaginario sanitario.

CONFIESO QUE HE ABORTADO

Estuve toda la vida en contra de los procedimientos artesanales de la medicina, sobre todo degenerados en el abuso pràctico y mercantil que tienen su gen en una bien intencionada falta de prevenciòn. Aborto, legrado , AMEU ( aspiraciòn manual endouterina) o còmo se llame.

Sòlo me ha gustado ser mi propia ginecòloga y profeso un respeto enorme por las personas que trabajan en salud sexual y reproductiva, ya que en ella manejan las transversalidades de la especie: el sexo, el amor, los deseos de reproducirse, de reflejarse.

Las desiciones abortivas de hombres y mujeres son, en la realidad sanitaria de mi paìs, el pan de cada dìa.

Abortaba en Galàpagos cuando la Mariana y la Rocìo de 15 y 16 años se embarazaron del mismo chico o cuando la Mayra me decìa que no tenìa dinero para llevar a su niño con paràlisis cerebral a la terapia en el continente.

En Esmeraldas abortaba mucho cuando los diabèticos que veìa estaban amputados e insuficientes renales y decìan: "Si doctora yo sè que esa pastilla es la mejor pero cuesta $1.50 cda una, mandeme nomàs de las baratas"
Me dolìan los abortos cuando una mamà no podìa ingresar a un niño porque tenìa que cuidar a los demàs en casa o trabajar.
Me costò decidirme a abortar cuando intentaba dar una dieta o hablar de nutriciòn para la anemia y me contestaban: "Dra màndeme nomàs esos frascos que regalan aquì, yo no tengo para leche, ni uvas". Ahì mismo no lleguè a parir sino que abortè cuando en mi necedad quise pesar a los cinco hijos de esta chica, quise examinarlos y preguntar para ver si la convencìa. No pude, tuve que abortar en contra de mi religiòn ( no receto vitaminas) en contra de mi familia, de mis amigos. Recibì el apoyo de mis colegas, de la cocinera del hospital que querìa servir pronto el almuerzo, de las enfermeras y todos los que me decìan ; dèjela ir, total no va a entender, si no quiere nada se puede hacer.

Y, son los dìas en que todavìa se me cristalizan los ojos y cierro la puerta del consultrio diez minutos o trago saliva. Es que en mi adolescencia permanente aùn creo en eso de la vida y si en algùn momento quisiera defenderla empezarìa por salir d elas ignorancias cientìficas y sociales que cargo y no escogerìa el camino cojudo de oponerme a "un procedimiento".

El hambre serìa seguro mi mejor atajo PROVIDA.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Estaciones

Lo que permita acoplar los patrones, dejarse llevar y sobre la mesa el material para pensar, como una acción constante.

Golpea el viento de otoño gritando el un nuevo eje, pretende el mareo continental.

Las diferencias que suelen impresionar, se pierden cuando no les otorgamos un espacio para la amenaza.

Lanzarse a algunos caminos pisando cáscara de huevo y en la palestra la cara dura adquirida en el acero afilado.

Una presencia que no se comparte, propia y arrogante:

De frente al tiempo

De frente a un lugar


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Soltar todo y largarse


Inventario de mis únicos bienes
La nube donde palpita el vegetal futuro,
los pliegos en blanco que esparce el palomar,
el sol que cubre mi piel con sus hormigas de oro,
la oleografía de una calabaza pintada por los negros.
las fieras de los bosques del viento inexplorados,
las ostras con su lengua pegada al paladar,
el avión que deja caer sus hongos en el cielo,
los insectos como pequeñas guitarras volantes,
la mujer vista de pronto como un paisaje iluminado por un relámpago,
la vida privada de la langosta verde,
la rana, el tambor y el cántaro del estómago,
el pueblecito maniatado con los cordeles flojos de la lluvia,
la patrulla perdida de los pájaros
-esos grumetes blancos que reman en el cielo-,
la polilla costurera que se fabrica un traje,
la ventana -mi propiedad mayor-,
los arbustos que se esponjan como gallinas,
el gozo prismático del aire,
el frío que entra a las habitaciones con su gabán mojado,
la ola de mar que se hincha y enrosca como el capricho de un vidriero,
y ese maíz innumerable de los astros
que los gallos del alba picotean
hasta el último grano.

Jorge Carrera Andrade
1903- 1978


Este lugar parece fàcil de dejar, en medio de la hùmedad sòlo quienes vivimos aquì nos sabemos esconder de cada esquina negra .
Aprendemos a improvisar, exprimimos el absurdo que nos toca y lo despreciamos hasta el cansancio, con una queja inolvidable y placentera. Planificamos los encuentros que nos iluminen el dìa, porque las aventuras son las decepciones de nuestras ansiedades.

Una iguana grande en el medio de la plaza defecando frente a los pròceres, una pareja de turistas con miedo. Al siguiente paso los tacos se me quedan en la vereda, no habìa terminado de cruzar el parque hacia el otro lado de la Av. 9 de octubre y tuve que entrar a la cafeterìa del Oro Verde a contener la tristeza, cosa que no funciona por los momentos en que nos hemos quedado ahì , sòlo para terminar de escuchar el sonido ambiental de " The fool on the Hill".
Fuimos una familia de tres chicas, hicimos de las bancas gastadas nuestro puesto, de los bares y los cafès un refugio y de las palabras un sitio de calor.

En el diccionario del nuevo amigo de este barrio cosechado en las aceras, al que he llamado Escobar Midas (trafica, e igual hecha tierra que hecha oro) esto se llama "quebrarse", ciertamente unas cuantas calles, sus sonidos y su olor que me anunciaban el ùltimo paseo bastaron para quebarme justo en plena acera. Rompì en llanto.

Guayaquil es una ciudad traidora. Sobreviviente de baños de desatino y falsedad.

Hoy sè cuanto se puede amar un defecto.

Mi ciudad es un defecto, una fachada, la escenografìa de una metròpoli. No es necesario conocerla entera porque en cada calle estàn juntos todos sus lugares, no hay nada al margen y siempre hay que correr mirando a los costados.

No imaginè que este "para siempre" pueda dolerme asì, no sè si es porque no tengo vocaciòn de citadina, no tengo fè para los amaneceres de cambio, o porque ya la he dejado antes en tiempos màs cortos. Vivir las diferencias del primer mundo y a riesgo de que parezca complejo, tengo mis dudas sobre los habitantes de este (menos algunos amigos).

Es este el acuse de despedida 24 horas antes de partir, de lo que no verè hasta despuès de algunos años y que voy cargando porque me sale muy mal eso de ser extranjera.

Adios mi Perla, terible y sucia.


sábado, 14 de noviembre de 2009

Actitud Rodineana


¿ Entonces? Los dedos estirados sobre las mejillas o las manos bajo las barbillas en una actitud algo asì como Rodineana, para evitar que las caras se caigan de verguenza.

Hay que esperar. La vida es una paralizaciòn de espera. Siempre estamos mirando, a la ventana que pase el buen tiempo. Aguardamos que caigan las soluciones del tiempo mismo. Sentados en nuestras butacas, contemplamos el cinematògrafo de nuestros hechos. Miràmos hacia arriba para encontrar la claraboya por donde hemos de salirnos pàlidos y azorados, y ser espectadores del propio drama estupefaciente, si es posible, si la vida lo permite.

Las Mujeres miran las estrellas, de Un hombre muerto a Puntapiès
Pablo Palacio
Loja, 25 de enero de 1906 - Guayaquil 7 de enero de 1947


lunes, 9 de noviembre de 2009

A portait of the artists as a young girls

¿Era un mundo, una luz vaga o una flor? Brillo y temblor, temblor y flujo, luz en aurora hasta la plenitud neta del rojo.


A cada matiz más densos, a cada oleada más oscuros.


Había oído pronunciar solemnemente en la escena y en el pulpito los nombres de las pasiones del amor y del odio. Las había visto expuestas pomposamente en los libros, y se preguntaba por qué su alma era incapaz de albergar ni el uno ni el otro ni aun siquiera de forzar los labios a pronunciar sus nombres con convicción.


A menudo había sentido un breve acceso de cólera, pero nunca había sido capaz de conservar su resentimiento largo rato, sino que había sentido que se iba desvaneciendo en seguida como una cáscara o una piel que se desprendiera con toda suavidad de su propio cuerpo.

Dejando su mente indiferente y lúcida. Parecían éstos el único amor y el único odio que su alma era capaz de albergar.




A partir de aquí, me van a permitir, que entre toda la gama de relaciones que las mujeres y los hombres mantienen con el exterior me quede con una en particular: con la amistad.


Me gusta porque es admirablemente creativa y porque no tiene norma, su única ley es la espontaneidad y, además, no pretende la exclusiva.

Porque es una versión del amor en la que normalmente no se producen milagros tan espectaculares como el orgasmo, pero tampoco se da ninguna oportunidada desviaciones tales como la posesión o el dominio.

El alcohol me destrozará el hígadoy las polillas la piel, el humo los pulmones.
Destrozar mi imagen como si fuera de yeso.
O jugarme la esperanza.
Pero no esto, volador y pequeño, para mis amigas.

Aunque sea pura imitaciòn de ellos :

James Joyce en los textos y Andrès Basantes que en su ensayo " Sobre una y todas las cosas" propaga el gusto por la primera novela.

Xavier Flores y su espectacular "mudd" historieta, gold standard de entradas.

Joan Manuel Serrat, en los textos tambièn y el gusto por la amistad.

Rina Campos, la amiga suplente, putchimball de boxeo, que desde la banca, calentando o en la cancha se manda sus chispas como esta canciòn.
Erika Espìn, mi mejor amiga, en el afecto y los borradores: "Ser como Joyce" dijo, una vez màs me convierto en "coyotera de sus ideas".

No creo que me salga tanto de copycat. Nada se pierde con pretender ser un poco como el dublinès, o como este otro y aprender a malvivir del cuento, pintando autrorretratos al portador.
Esto puede cantarse en un tiempo y otro, cambiada de intèrprete: Porque se exhiben sin pudor beben a morro, se pasan las consignas por el forro y se mofan de cuestiones importantes. Pensè que habìa diferencia de gènero en lo de la vereda (pero la Rina ya pasò ese nivel).
Lo mejor de cada casa. Es tarde para cuidarse de Las Malas compañias.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Fugees

Esmeraldas, me regalò mas de una visiòn que ya he intentado describir aqui.

Lluviosa mañana en Muisne, la bici se quedaba un poco en el lodo asì que decidì caminar, me encuentro con una caravana de vehìculos diplomàticos y militares, ambiente extraño para este lugar. Llego al hospital y mientras tomo la respectiva taza de cafè recibì una llamada del Big Chief para decirme que no iba a atender por esos dìas y que me necesitaba para otra cosa. Nos mojamos un poco camino al coliseo en el que se instalò una campaña inèdita.

¿Què es un refugiado? ¿Por què el registro?
El Estado ecuatoriano y su polìtica en materia de refugio inauguraron el Registro Ampliado.

Para mis jefes la idea del papel de un profesional de salud (en el caso de que a sus construcciones mentales se les pueda llamar asì) era tipo primeros auxilios: esperando a ver quien se desmaya y atendiendo las reacciones anafilactoides por picadas de mosquito de los brigadistas -actividades a las que con toda delicadeza me neguè de antemano- porque puede ser que en si aceptaba en determinado momento se me salga y les diga la incalculable frase de "yo no veo guevadas".
Ya estando ahì, nada de esto fuè necesario y entre los del Ministerio de Relaciones Exteriores, ACNUR y algunas ONG, a parte de la camaraderìa, me enseñaron otras cosas para ver màs allà de las narices.


Este proceso creciò con los dìas en medio de un invierno que traìa lluvia de prejuicios y desinformaciòn que se supo campear. Al comienzo mi parte se llenaba de niños deshidratados y alguna que otra gripe. Los dìas posteriores aparecieron los demonios de siempre; las crisis hipertensivas, las neumonìas, las diabetes, los embarazos sin control y las insuficiencias de todo tipo.
Dentro de las poblaciones desantendidas que tiene este paìs, era esta quizàs la peor; vìctimas del conflicto, con violaciones a los derechos humanos y en esa condiciòn de invisibles que se vuelve parte del pellejo, el tener un mèdico al frente parecìa un acto milagroso. A quienes pude les abrì historia clìnica de una vez y a riesgo de colapsar me agencie de un montòn de casos para los siguientes meses. Las marañas administrativas son esas suertes de turno con sabor agridulce, porque no podìa ofrecer màs a quienes no vivìan dentro de ese cantòn y nuestros hospitales son lugares pobres en dònde todo falta y nos toca hacerlo alcanzar.

Al terminar la semana Luis Varesse, adjunto de ACNUR y una de esas personas en que el "mucho gusto" se lee bien, me propuso que deje el Hospital, continùe con la brigada y que terminado este proyecto me enliste entre sus voluntarios. Tomè la inhumana desiciòn de rechazar (estarìa màs bien contando las aventuras desde la frontera norte), si es que no hubiera hecho pactos de sangre anticipados con una especialidad mèdica.
Hoy, sè que el programa del registro fuè premiado Ginebra y no me extraña, porque vivì a piel el compromiso de todos los que trabajaban en èl.

Cuando me iniciè en escribir algo de medicina, en la tesis de grado, la secretaria de la facultad se asustò por la dedicatoria en la que nunca incluì a mi familia. Como las publicaciones cientìficas no llevan dedicatoria y aquì nadie me corrige nada, voy a desquitarme:

Estas cuatro letras que palidecen el reflejo de una experiencia, son para quienes se dejaron atender por mì esos dìas, a quiènes en su bùsqueda dejaron cada palabra, cada historia bañada con ese acento dulce de Colombia para hacerme crecer y pensar que màs necesita este paìs de refugiados para refugiarnos.
.

Una vez vivì en una galleta

No me hablen de contientes
que ya se han abarrotado
usted mira a todos lados
y los ve lleno de gente...
Pablo Milanès



Los lugares que tienen impresa la generosidad. Amamos un sitio por lo que nos dà.

Amè todo lo que tuve allì, por lo que eran y lo que me producìan: la hermosa bicicleta verde, la linterna amarilla, el computador portàtil, los libros y los discos, los bikinis y el bronceado, los amigos y sus chistes, el novio y sus atenciones, los kilòmetros para correr y las millas para nadar, mi estado fìsico y mi tiempo para estudiar,las tardes para pescar,las mañanas para bucear, las interminables noches de llanto, las interminables noches de juerga.

De los cuales no conservo nada y ni tengo nostalgia. ( Sòlo de ellos aquì, en otro tiempo)

Serìa una mentira grave e injusta decir que lo recuerdo de ella son las dàdivas de su Puerto.



En Sta. Marìa viviò una una mujer con un làtigo y dos esclavos inmortalizada como "la baronesa". Es un lugar que se rìe de la soledad, de el hambre, de la luz electrica y la comunicaciòn.
Floreana es un lugar al que Berlanga llamò el infierno.
Los culpables Rendòn y Paulette y la visiòn anticipada de una de sus imàgenes fuè lo que me llevò a ese destino, cuya descripciòn a estas alturas me parece imposible.

Yo, sòlo la quise lo que pude, la guardo porque un ojo de pavimento que ve la naturaleza estèril, en algùn momento sintiò que era cierto lo que canta Amstrong, cuando conocì que la noche es màs clara que el dìa y Oriòn se ve tan cerca que parece una escenografìa.

Es ese pedazo de tierra que de lejos o en mapa parece una galleta, es tambièn de naturaleza lo ùnico que sè.


Como pueden las palabras, pueden las sombras y las manos.