Descubrí un espíritu. Si es que no tengo el explorador ni el deportivo, tengo de hecho el espíritu protestativo. Como es parte de mi naturaleza, a este espíritu le hacía falta una agenda y me pregunte a mi mismo (ejercicio importante cuando se trata de asuntos del alma) la forma correcta de explotarlo.
En contra del crecimiento tumoral ( conjunto de células que se diferencian genéticamente y se vascularizan) causan malestares como náuseas, pérdida de peso , alucinaciones. Estos pequeños tumores no tienen voz, así que nosotros los defenderemos.
En contra de la extirpación de próstatas por crecimientos benignos. Es decir si un caballero decide asesinar aquello que crece dentro de su cuerpo y pretende retirarlo de forma egoísta, por que no puede orinar, ni tener sexo, debemos oponernos, ya que eso no lo va a matar y si aguanta como hombre ( no importa que este entrado en años) seguro se le pasan los achaques y sale solo adelante sin una dama a su lado.
En contra de toda interrupción del embarazo: abortos incompletos, abortos sépticos, embarazos molares o ectòpicos. Es inadmisible que se realice procedimiento alguno bajo la excusa de que es para salvar la vida de una mujer.
En contra de la píldora de anticoncepciòn de emergencia. La vida hay que respetarla desde su concepción. Por ejemplo si un señor se va al campo y toma mucha agua sin hervir y tiene algún síntoma, bajo ningún concepto se le administrará antiparasitarios ni antes , ni durante, ni después; porque aunque todavía nada sabemos de esas amebas, ellas son vida y no tenemos el derecho de impedir que lleguen a ser un hermoso quiste hepático.
Advertimos que no es nuestra responsabilidad que por divulgar nuestras ideas aumente el uso indiscriminado del famoso citotec ( medicamento abortivo de vente ilìcita), la ecològica agua de nacedera o la apariciòn de narcoboys, doctores, mèdicos brujos y macumba; ambidiestros de la "cuchara". De estos problemas se puede ocupar el gobierno y meterlos presos.
La foto titulada " El legendario libro de las almas de tirofijo" es una imagen de lujo extraída del álbum facebook "Doctores, Narcoboys, médicos brujos y macumba" publicado hace teimpo por mi excompañero y colega Ricardo Calle. Una genialidad del imaginario sanitario.
CONFIESO QUE HE ABORTADO
Estuve toda la vida en contra de los procedimientos artesanales de la medicina, sobre todo degenerados en el abuso pràctico y mercantil que tienen su gen en una bien intencionada falta de prevenciòn. Aborto, legrado , AMEU ( aspiraciòn manual endouterina) o còmo se llame.
Sòlo me ha gustado ser mi propia ginecòloga y profeso un respeto enorme por las personas que trabajan en salud sexual y reproductiva, ya que en ella manejan las transversalidades de la especie: el sexo, el amor, los deseos de reproducirse, de reflejarse.
Las desiciones abortivas de hombres y mujeres son, en la realidad sanitaria de mi paìs, el pan de cada dìa.
Abortaba en Galàpagos cuando la Mariana y la Rocìo de 15 y 16 años se embarazaron del mismo chico o cuando la Mayra me decìa que no tenìa dinero para llevar a su niño con paràlisis cerebral a la terapia en el continente.
En Esmeraldas abortaba mucho cuando los diabèticos que veìa estaban amputados e insuficientes renales y decìan: "Si doctora yo sè que esa pastilla es la mejor pero cuesta $1.50 cda una, mandeme nomàs de las baratas"
Me dolìan los abortos cuando una mamà no podìa ingresar a un niño porque tenìa que cuidar a los demàs en casa o trabajar.
Me costò decidirme a abortar cuando intentaba dar una dieta o hablar de nutriciòn para la anemia y me contestaban: "Dra màndeme nomàs esos frascos que regalan aquì, yo no tengo para leche, ni uvas". Ahì mismo no lleguè a parir sino que abortè cuando en mi necedad quise pesar a los cinco hijos de esta chica, quise examinarlos y preguntar para ver si la convencìa. No pude, tuve que abortar en contra de mi religiòn ( no receto vitaminas) en contra de mi familia, de mis amigos. Recibì el apoyo de mis colegas, de la cocinera del hospital que querìa servir pronto el almuerzo, de las enfermeras y todos los que me decìan ; dèjela ir, total no va a entender, si no quiere nada se puede hacer.
Y, son los dìas en que todavìa se me cristalizan los ojos y cierro la puerta del consultrio diez minutos o trago saliva. Es que en mi adolescencia permanente aùn creo en eso de la vida y si en algùn momento quisiera defenderla empezarìa por salir d elas ignorancias cientìficas y sociales que cargo y no escogerìa el camino cojudo de oponerme a "un procedimiento".
El hambre serìa seguro mi mejor atajo PROVIDA.