domingo, 26 de septiembre de 2010

For the love of the game (over)

Cuando nuestra obsesiòn a elegido por nosotros, la búsqueda por respirar el fondo nos hace querer burlar el miedo de las calles y meternos en lugares poco indicados.

Deseos pobres. ¿ Por qué?
Y, si decidimos quedarnos con aquellos imposibles de cumplir.

Ayer al chico con que duermo se le cayo una pestaña, como ya hemos limado algunas asperezas y roto el hielo, le dije que me la dé y junte su pulgar con el mío para pedir los dos un deseo, es decir el de cada uno. Esta vez decidí pedir un deseo en conjunto, no por romance, o más bien por plantearlo maltrecho y presuroso. Me di cuenta luego de que esta especie de pensamiento que tenía sobre él y yo se oponía a la escena. ¿ Qué estaba pidiendo? mi deseo iba por lo que creo saber serían sus aspiraciones y por lo que son las mías.

Días antes se me había "declarado", experiencia que creía no haber experimentado desde la adolescencia y que en realidad no sabía de que se trataba hasta el último jueves en que fuí objeto de un parlamento masculino muy hermoso que me aflojó las rodillas y humedeció varias partes de mi hermosa anatomía, es de decir que el ejemplar en cuestión tiene el plus de la poesía de la mas cursi y algunas veces cuando habla parecería que estamos rimando al puro estilo de Darío o Rubén como les gusta decirle a los nicaraguenses. En fin era un gesto de narrativa y literatura.
Algunos días no conviene tener astucia y es dificil despojarsela. Me di cuenta de la magnitud de aquel gesto machista y supe que tenía que asumirlo como tal, como un acto poético en espera de reconocimiento, en espera de verdad, como si sólo las mujeres podemos poner la verdad y la duda es la que ellos creen tener licencia para tener.

En el caso del poema robado y del libro regalado y el reloj con alarma en off me falta diseñar el veredicto que parta la rama y calme todo subconciente de las esferas permitidas que hoy en día incluyen facebook, skype, messenger; en nuestra época de "cabanga" esto no existía y el amor puro (en el caso de que lo hubieramos sentido) tenía sólo evidencias reales, mientras duraran. He aquí la enorme dificultad logística de "barajarme".

Vivir como en una película de esas de los noventa y luego entender, entenderme una vez más fuera de toda trama, libre de los viejos engranajes del amor, saciada las últimas hambres y las referencias plurales con algunos postulados:
Los perros no tienen dueña (rottweiler incluidos)
No tengo talento para la domesticación.
No somos premios

Vimos algunas de estas en los dias en que el sol no salia mucho, algunas de estas que se cargaban, siempre se cargaban las de Kevin Costner y como maldición El Guardespaldas la pasaron por la tele este domingo de sofá.

Cerré el cine, no por derribo sino por reformas. Quien sabe y todavía quedan algunos festivales, no podría decir de que clase o nacionalidad.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

On the radio



Si, es que entre los malos gustos tengo algunos y de los peores tengo más. El merengue de esos que solo ayudan a moverse bien. A los Rosario los quise, pero a Toño lo tengo en un pedestal por ser el tóxico. ¡Vaya ahí Dominicana!