miércoles, 18 de noviembre de 2009

Soltar todo y largarse


Inventario de mis únicos bienes
La nube donde palpita el vegetal futuro,
los pliegos en blanco que esparce el palomar,
el sol que cubre mi piel con sus hormigas de oro,
la oleografía de una calabaza pintada por los negros.
las fieras de los bosques del viento inexplorados,
las ostras con su lengua pegada al paladar,
el avión que deja caer sus hongos en el cielo,
los insectos como pequeñas guitarras volantes,
la mujer vista de pronto como un paisaje iluminado por un relámpago,
la vida privada de la langosta verde,
la rana, el tambor y el cántaro del estómago,
el pueblecito maniatado con los cordeles flojos de la lluvia,
la patrulla perdida de los pájaros
-esos grumetes blancos que reman en el cielo-,
la polilla costurera que se fabrica un traje,
la ventana -mi propiedad mayor-,
los arbustos que se esponjan como gallinas,
el gozo prismático del aire,
el frío que entra a las habitaciones con su gabán mojado,
la ola de mar que se hincha y enrosca como el capricho de un vidriero,
y ese maíz innumerable de los astros
que los gallos del alba picotean
hasta el último grano.

Jorge Carrera Andrade
1903- 1978


Este lugar parece fàcil de dejar, en medio de la hùmedad sòlo quienes vivimos aquì nos sabemos esconder de cada esquina negra .
Aprendemos a improvisar, exprimimos el absurdo que nos toca y lo despreciamos hasta el cansancio, con una queja inolvidable y placentera. Planificamos los encuentros que nos iluminen el dìa, porque las aventuras son las decepciones de nuestras ansiedades.

Una iguana grande en el medio de la plaza defecando frente a los pròceres, una pareja de turistas con miedo. Al siguiente paso los tacos se me quedan en la vereda, no habìa terminado de cruzar el parque hacia el otro lado de la Av. 9 de octubre y tuve que entrar a la cafeterìa del Oro Verde a contener la tristeza, cosa que no funciona por los momentos en que nos hemos quedado ahì , sòlo para terminar de escuchar el sonido ambiental de " The fool on the Hill".
Fuimos una familia de tres chicas, hicimos de las bancas gastadas nuestro puesto, de los bares y los cafès un refugio y de las palabras un sitio de calor.

En el diccionario del nuevo amigo de este barrio cosechado en las aceras, al que he llamado Escobar Midas (trafica, e igual hecha tierra que hecha oro) esto se llama "quebrarse", ciertamente unas cuantas calles, sus sonidos y su olor que me anunciaban el ùltimo paseo bastaron para quebarme justo en plena acera. Rompì en llanto.

Guayaquil es una ciudad traidora. Sobreviviente de baños de desatino y falsedad.

Hoy sè cuanto se puede amar un defecto.

Mi ciudad es un defecto, una fachada, la escenografìa de una metròpoli. No es necesario conocerla entera porque en cada calle estàn juntos todos sus lugares, no hay nada al margen y siempre hay que correr mirando a los costados.

No imaginè que este "para siempre" pueda dolerme asì, no sè si es porque no tengo vocaciòn de citadina, no tengo fè para los amaneceres de cambio, o porque ya la he dejado antes en tiempos màs cortos. Vivir las diferencias del primer mundo y a riesgo de que parezca complejo, tengo mis dudas sobre los habitantes de este (menos algunos amigos).

Es este el acuse de despedida 24 horas antes de partir, de lo que no verè hasta despuès de algunos años y que voy cargando porque me sale muy mal eso de ser extranjera.

Adios mi Perla, terible y sucia.


3 comentarios:

  1. 24 horas de partida??????????????

    Te vas a gringolandia? a las europas? Chuta... y si en estas 24 horas nos conocemos?? avisa! Escribeme violenciadiscreta@gmail.com.

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  2. La pregunta que todo el mundo hará, la más evidente: ¿seguirás con este blog? Porque si no, hay luto.

    Bella tu despedida. Para mi Guayaquil sigue siendo enigma en lo más hondo: sólo trabajo ahí, y solamente cuando hay trabajo. Si tengo que dejar mi Durán en las próximas semanas o meses, cosa previsible, intentaré transcribir mis sensaciones con tanta fidelidad como tú has hecho. Tal vez se conocen mejor los lugares en las partidas (pensando en Joyce, por supuesto, que desde Trieste conoció Dublin).

    En mi vida sólo lloré por un lugar, fue Segovia.

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  3. Gracias Envidio por tus palabras y la fidelidad casi siempre la prectico sòlo para eso, que bueno que te gustò!

    No creo que deje este blog, no lo sè la verdad! si cierre alguno de los dos blogs.

    Segovia, Trieste y Dublin ç, las voy a marcar en el mapa para ir.

    Un BESO.

    Estefanìa, mija a estas alturas la contestaciòn queda corta, espero disculpes cualquier cosita nomàs!

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