miércoles, 13 de enero de 2010

Te extraño


¿Así que creés que podés diferenciar
el paraíso del infierno,
el cielo azul del dolor?
¿Podés diferenciar un campo verde
de un frío riel de acero?
¿Una sonrisa de un velo?
¿En serio creés que podés diferenciarlos?
¿Y te hicieron cambiar
tus héroes por fantasmas?
¿Cenizas calientes por árboles?
¿Aire caliente por una brisa fresca?
¿Consuelo de tontos por monedas?





El instinto de la compasión, es lo que parece que queda, ese de la misericordia.
Un día mi padre me enseño a despreciarlo, un día mi madre vigilo que lo hiciera.
Ser nuestro propio informativo, ser nuestra propia gana, nuestro propio lugar.

Imagino a mi Walterio en el desayuno desolado, se me dibuja su rostro descompuesto por las hipocresías de la televisión. Y sobre todo se que al menos esa tarde sería una más en que escucharía sobre sus viejos amigos de Haití, los compañeros de la International Union of Socialist Youth, con los que paso largas noches al pie del Sena. Se que sería lo mismo hablar hoy y mañana , de Paris, de Guayaquil y creo no equivocarme seguro un silencio y un cigarrillo encendido para Puerto Príncipe.



De Haiti : Wyclef.
De nostalgias : mi padre
Y del desastre: su capacidad para elegir






Con Macy cantando Pink Floyd a traves de las generaciones, del tiempo, de los lugares.

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