domingo, 21 de junio de 2009

20 gramos




El devenir artístico de su preparación aún cuando esta ya es una industria, los sabores y la historia siempre conocida de la estimulación.

En puntillas sobre el campo minado de barcos sin capitanes.
Una vela al viento, una veleta que se mueve con los defectos dulces, a flor de piel de agonìa, a ritmo de sufrimiento imaginario.

Una elección pacífica que tiene final incierto. El de las copas siempre ganador, porque sólo en negarse están las certezas.

El saborear de las manos al día siguiente acordonando el dulce juego de la cabeza, el placer de exhalarlo, de sudarlo.

El camino de deshonra para quienes extienden los regalos de la madrugada. Cuando el placer esta en lo instantáneo. Los toxicómanos se pierden de la mejor parte.

Una vida que no corre y sortea las vías del despeñadero.
Son los pasos firmes en la cuerda del funámbulo.
Es el espacio de lo ya sucedido.
El amanecer de claridad sin sueño y sin olvidos.
La lucidez es un pàjaro que vuelve al nido.


Salud!

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