lunes, 31 de mayo de 2010

Peregrinos

Oye tengo Déjà vu !
Ja, y dale con esa muletilla no es déjà vu ! es algo que leiste, que ya pasò o que ya sabes. ¿ De que va ?
Estoy sentado aquì y he llegado tarde, cuando ya no estàs, y he sido buscado.
Ahh ya sè, eres Billy Sànchez, el hombre màs buscado de Francia. Ese cuento ya se escribiò hace mucho. Supongo que lo leiste.
Si lo leì.
Yo me lo sè de memoria!
¿Cùal ediciòn tenias vos? Yo tengo una con el telèfono en la pasta, supongo que por el cuento de la que entra al manicomio sòlo a hablar por telèfono.
Yo la que tiene las rosas.
Lo leì en la playa, en nuestros paìses que nunca neva.

Bueno te cuento que el cuento tiene mucho de cuento, Gabo lo escribiò a causa de una novia española que querìa ser actriz con las que vivìa en Parìs y ella queda embarazada pero èl ya estaba comprometido con Mercedes la que ahora es su esposa, entonces la chica sola busca un mèdico e interrumpe el asunto. Al final terminan y con los años se convierte en su gran amiga y comadre. En aquel momento se despidieron en los trenes, ella vuelve a su pais decepcionada, era enero de pleno invierno maldito como el que acabamos de pasar.
Gabo regresa a la casa que compartian por los caminos de pura nieve y escribe este cuento al que le puso lo del rastro de su sangre, la del aborto.

¿Te inventaste esta historia? Creo que inventas Amanda.
No, las leo y luego las digo como que fueran mentira.

A los 14 leì el cuento e imaginaba la nieve y las frontera, cuando estaba en la universidad pensè que Nena Daconte tenìa un Von Willebrant y que no exsitìa en esa època factor VIII recombinante, ni vasopresina y que me gustarìa ser hematòloga y pasar los dìas en algùn hospital parisino.

Ahora, tiempo despuès de que conociera a estos personajes, me siento casi còmo en el cuento, basta con mirar los destinos en la estaciòn de tren y poner el despertador porque cuidado tomo el equivocado o me duermo y llego hasta Hendaya, basta con enfermarme para sentirme como ella entre urgencias y hospitales transcurre mi vida. Cuando Gerald Martìn, el biografo oficial de Gabo contò la historia tras el cuento, despertè y entendì que han pasado 14 años desde que creì que aquello era cierto. Sòlo muy pocos como el colombiano pueden mantener una mentira tantos años.

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