domingo, 30 de mayo de 2010

Marcaje de tractos


El problema es que queremos calar hondo y esto es sòlo un conjunto de escenas en el que de toda la tirada de ejemplares, unas cuantas veces podemos escoger y quedarnos en ellas.
Cuando es una mentira la apuesta sube por creer. Cuando es verdad no lo sabemos.
De todas formas la ansiedad siempre toma partido de la sed de certeza y antes de ello ya tenemos los bolsillos vacìos.
Existe una vida secreta corriendo en paz y la muy sucia siempre nos anda probàndo para ver si nos damos cuenta de que paso por nuestro lado. Mi estado de alerta colapsa constantemente si lo exigo mucho.

Por una siguiente primera antepenùltima vez voy a abrir la caja de Pandora, robar y guardar en mi bolso lo que pienso que me sirva, llegarè a casa y prenderè la cocina para ponerlo a hervir y sòlo si despùes sigo con hambre me lo comerè, si aparece alguien se lo sirvo y si no lo tiro al tacho de la basura, total mañana hay que volver a cocinar...


¿Es posible que esto sea toda
la historia, solo un día? ¿Una noticia
de ayer, perdida en la penúltima
página, la cotización caída ?

Te cobran por la fuerza, los arriendos
vencidos de la tierra, te cobran por las cosas
que tu lámpara hizo agonizar a puro nimbo
y por el corazón y sus jóvenes bestias
que pacen suspirando:
la pólvora, tu amante,
se sacude las manos: “asunto concluido”.

Ya eres el que ibas a ser, el mismo polvo
del que algo te aliviaba tu cepillo de ropa.
Cumpliré tus encargos, sigo siendo
el que eras. Ave de paso. Animal profético.

Salud, ángel de paso, irremediablemente intacto.

Jorge Enrique Adoum. De “Los cuadernos de la tierra” (IV) 1952 - 1962

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