martes, 21 de julio de 2009

The Big Bang Woman Theory

Nunca he podido terminar la peregrinación, eso me llena de ganas, para atreverme a flotar sobre las luces, respirando apenas para poder deslizar la tierra que nos cubre.

Las mujeres estamos regidas por varios ciclos y creo que el menstrual es el que manda. La curva comienza a dibujarse en la ovulación, seguido el pico de euforia; entre esas marquemos puntos de colores tenues, otros rojos, otros con x , los tipo regresivos y los que dan la impresión de desviar la campana. Entre animadversión y patologías alcanzamos la meseta , espacio efímero de reflexión para luego depurarse de la forma mas humana posible (perdiendo sangre) , hasta llegar al punto en que vuelven a salir esos huevos y el cuerpo esté listo para ser usado.

Cuando Mary Wollstonecraft en las postrimerías de la revolución francesa, escribió Vindicación de los Derechos del Hombre y luego Vindicación de los derechos de la mujer, luego de salir de Inglaterra literalmente cabreada , a modo de rabia fue la primera en decir que no existía diferencia natural alguna entre ambos sexos, diferencia que no amerite aquel perpetuado trato distintivo.
Recuperada históricamente por la gran Virginia Wolf es la número tres de Four figures, es para nosotras una estampa trascendente . Esta mujer fue autora de obras espectaculares, una legión de fotocopias amarillentas que he tenido y han circulado, entre las que recuerdo mucho The female Reader y varios artículos como este de Gary Kelly: Revolutionary Feminism: The Mind and Career of Mary Wollstonecraft, que lamentablemente no se consiguen con facilidad. Planos a los que el otro día en una discusión de turno, con la contrincante del mismo turno, que es la de siempre, tildamos con apariencia científica de sustancial influencia “naturalización de los argumentos sociales con delirios de por medio”.

Los procesos fisiológicos carecen de esta virtud, son dejados por su apariencia de alienantes y si sacan algún primo hermano de sangre azul que lleva por apellido de alcurnia ADN y como titulo nobiliario Genética, estamos hablando de telarañas más grandes que las de mi dormitorio, que dicho sea de paso, siempre ha sido el dormitorio de una “señorita”.

El enfoque, siempre desenfocado, que permite la teorización es el poder autonómico del ciclo ovárico para producir actos inaceptables y las influencias de la vida cotidiana en la secreción de ciertas hormonas. Lo que podría dejarme en una de mis tantas abandonadas líneas investigativas no académicas.




Si ya hace siglos las mujeres hemos controlado y manipulado las curvas con eficacia, las estrategias para las fiebres de antes contraídas accidentalmente son un reto para el presente, debemos inventar una forma de ponerle un tampax a la lengua, anticonceptivos para los pensamientos e histerectomía radical para algunas ideas comunicativas.
Lo de la foto, siempre entre lo posible y lo imposible.

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