viernes, 5 de febrero de 2016

Adiós. Muchacho.



Vamos a dar la última vuelta me dijiste y nos sentamos en una piedra en el Parque de la Música, al siguiente día me iba de viaje –ni lejos ni mucho- pero en ese momento  nos conocíamos tan poco que  todo tiempo parecía eterno y todo lugar remoto.

Acompáñame a la estación, si, para eso están los amigos, aunque sean nuevos.

Lo que nunca imaginé es que esa despedida tonta  era el comienzo de una historia de varios años y cinco países.  Fue la primera vez que nos despedimos y no me di cuenta, como no me di cuenta la última. Cuando ya las estaciones de bus, tren y aeropuerto eran de diario, daba igual embarcarse a  Viena, La Coruña, Nicaragua, Lugo, Ecuador y hasta China, el último gran viaje, yo como siempre preocupada en vivir no hice ni puto caso, era el final.

Inmediatamente me mandaste un libro que leí con desespero. Al segundo capítulo de “Adiós Muchachos”  un clásico sandinista, ya quería yo ir tras las reglas de Leonel Rugama  durmiendo en el piso y partir a la montaña.  Un generoso regalo dedicado por el autor, pretendiendo que no te extrañe y  para demostrarme cuanto me conoces. De aquella lo lograste, ese fue un gran verano. Sin nostalgias.

Tiempo después, antes de que comiencen las clases  envié el libro para mi biblioteca personal en mi país y lo nuestro lo envié también a una página dorada de lo que ya consideraba mi pasado. Así alegremente.

Pero, lo que pasa es que la vida es una porquería que uno no controla y no me imaginé empezar a recordar ahora que comienzo a recoger de esta ciudad. Desde que nos conocimos cuando tocaste la puerta de mi habitación en la residencia por error; dormimos juntos esa misma noche y unas mil màs , las madrugadas  infinitas de borrachera, los días de verano volviendo del Sar y las tardes en Belvis sin hablar, solo mirándonos.


Si, definitivamente esto no hubiera sido igual sin vos.
Ya cuando Galiza se termina, para que quede constancia de que un corazón tengo y como sé que alguna vez pasas por aquí. Te he escrito esto. Te lo debía.

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